México, D. F., a 9 de noviembre de 2002
Más de un centenar de personas, todas ellas familiares de desaparecidos en el estado de Sinaloa durante la época de la "guerra sucia", reciben atención psicológica especializada —con el apoyo no oficial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos— mediante técnicas avanzadas y uso de instrumental tecnológico de punta, para evaluar y superar los síndromes del estrés postraumático.
Durante más de tres décadas estas personas aprendieron a desconfiar de cuanta autoridad se les acercaba, así como a rechazar todo tipo de ayuda que se les ofrecía. Sospechaban de todo, ya que abordar el tema de sus familiares desaparecidos los convertía en sujetos de sospecha y se les estigmatizaba.
Ahora, con el apoyo psicológico que reciben para superar el estrés postraumático, han recuperado la confianza y reconocen la forma en que soportaron su pena, mediante lo que los especialistas llaman red social subterránea, conformada entre otros factores por el sacerdote de la comunidad, vecinos, familiares y la agrupación de familiares de desaparecidos.
De acuerdo con los resultados de los estudios que les han sido practicados, la CNDH forma parte ya de esa red que han tejido durante más de tres décadas.
Lo anterior quedó de manifiesto durante el Coloquio sobre Análisis de Resultados Preliminares del Convenio entre la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Universidad Autónoma de Sinaloa, que tuvo como objetivo reunir, analizar y discutir los resultados clínicos, tecnológicos, epidemiológicos, sociales, políticos y anecdóticos de las acciones de investigación realizadas durante el periodo abril-octubre de 2002, con el grupo mencionado.
El evento fue presidido por el doctor Benjamín Domínguez Trejo, especialista de la Facultad de Psicología de la UNAM y asesor de la CNDH, quien dio a conocer que la información de quienes reciben apoyo psicológico está integrada ya en bases de datos y será comentada, analizada y jerarquizada para presentar en fecha próxima los resultados finales de la investigación al presidente de esta Comisión Nacional.
Domínguez Trejo manifestó que dichos resultados permitirán conocer la magnitud de los efectos humanos del periodo de la "guerra sucia" en Sinaloa, el perfil psicofisiológico y psicosocial, así como las secuelas de las víctimas, de los "incapacitados" y de los sobrevivientes que superaron esa situación traumática.
De igual manera, dijo, podrá conocerse la relación entre el reporte de cambios fisiológicos, inmunológicos e indicadores de salud en los cuadros de estrés postraumático que padecen las víctimas, así como su capacidad de recuperación.
Durante las sesiones de trabajo con el equipo de la Universidad Autónoma de Sinaloa, encabezado por el maestro Mario Carranza Aguilar, se puso de manifiesto que el análisis de los casos permitirá conocer los elementos que han influido en el actual estado de funcionalidad, las acciones de apoyo terapéuticas más valiosas y funcionales, así como los puntos que habrán de reestructurarse o fortalecerse en la última etapa del programa, que será de enero a junio de 2003.
Por la Universidad Autónoma de Sinaloa estuvieron en este Coloquio, además del mencionado Mario Carranza, las psicólogas Carmen Lucía Vega Manjarrez, Eloísa Moreno Velarde y Nidia López Leyva. Acompañaron al doctor Domínguez Trejo, Cuitláhuac Santiago Mariscal, Yolanda Olvera López y Consuelo Hernández Troncoso.
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